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Cuidado nutricional para la obesidad y el embarazo

Cuidado nutricional para la obesidad y el embarazo

La obesidad durante el embarazo plantea muchos riesgos tanto para la madre como para el niño. Sin embargo, muchos de estos riesgos pueden disminuirse con una atención nutricional adecuada. Obtenga más información sobre cómo ayudar a su cliente nutricional que se enfrenta a la obesidad y el embarazo.

Como dietista, es posible que tenga experiencia con mujeres embarazadas y que les ofrezca recomendaciones dietéticas basadas en sus resultados médicos, su genética y sus hábitos de vida. Pero, ¿y si su cliente está embarazada y tiene un IMC que indica obesidad? Este escenario puede ser más difícil de manejar, pero con el cuidado nutricional adecuado, tanto la madre como el niño pueden tener resultados de salud positivos.

Antes de entrar en cómo usted (como dietista) puede proporcionar una atención individualizada, vamos a discutir algunas posibles complicaciones de salud asociadas con la obesidad y el embarazo, así como el aumento de peso y recomendaciones de suplementos.

Complicaciones potenciales para la salud

La obesidad es uno de los problemas de salud más frecuentes en las mujeres en edad fértil y plantea riesgos tanto para la madre como para el bebé. Si la madre padece sobrepeso u obesidad durante la gestación, pueden surgir muchas complicaciones, como riesgo de aborto espontáneo y mortinato, diabetes gestacional, preeclampsia, disfunción cardiaca, apnea del sueño, necesidad de cesárea y riesgo de complicaciones de la cesáreaLos riesgos para el bebé incluyen defectos congénitos, macrosomía fetal, retraso del crecimiento, asma infantil y obesidad infantil.

Otra repercusión de la obesidad durante el embarazo afecta a la placenta, ya que aumenta el riesgo de mayor peso placentario, disfunción vascular, inflamación y cambios en los transportadores placentarios y la actividad mitocondrial.

Además, los estudios han demostrado que las placentas de las mujeres obesas presentan un aumento de la resistencia a la insulina y de la masa grasa del feto al nacer.

Aumento de peso y embarazo

El Instituto de Medicina de EE.UU. (IOM) recomienda un aumento de peso de 5 a 9 kg (11 a 20 libras) durante el embarazo para las mujeres obesas y de 7 a 11 kg (15 a 25 libras) para las mujeres con sobrepeso. Aunque la cantidad recomendada de aumento de peso (o pérdida de peso) para las mujeres embarazadas obesas sigue siendo controvertida, se han realizado algunas revisiones para el aumento de peso recomendado en las tres clases de obesidad:

  • Clase 1 (IMC de 30-34,9): aumento de peso de 2,5 a 7 kg (5,5 a 15 libras);
  • Clase 2 (IMC de 35-39,9): aumento de peso inferior o igual a 4,5 kg (10 libras);
  • Clase 3 (IMC igual o superior a 40): se ha planteado la hipótesis de que el mantenimiento del peso puede ser beneficioso, pero es necesario realizar más estudios para demostrarlo.

Las investigaciones demuestran que las mujeres que no ganan suficiente peso durante el embarazo tienen un mayor riesgo de dar a luz bebés pequeños para la edad gestacional, mientras que un aumento excesivo de peso durante la gestación puede aumentar el riesgo de desarrollar síndrome metabólico. También hay pruebas que demuestran que el aumento de peso gestacional inferior al recomendado o la pérdida de peso reducen los nacimientos para la edad gestacional, la macrosomía y el parto por cesárea.

Suplementación, obesidad y embarazo

Una suplementación adecuada es vital durante cualquier embarazo, pero es especialmente importante cuando se trabaja con mujeres con sobrepeso u obesidad. Aunque muchas vitaminas y minerales son esenciales para el embarazo, he aquí tres nutrientes a los que debe prestar atención:

  • Folato: Las mujeres obesas tienen el doble de probabilidades de dar a luz a un niño con defectos del tubo neural debido a una distribución corporal deficiente del folato y a una actividad reducida del transportador placentario del folato. Aunque no existe una pauta fija de ingesta de folato para las mujeres obesas, se recomienda empezar a tomar suplementos de ácido fólico al menos tres meses antes de que planeen concebir.

  • Vitamina B12: Las investigaciones han revelado que las mujeres obesas tienen un mayor riesgo de sufrir carencias de vitamina B12, lo que se ha asociado a un riesgo entre 2,5 y 3 veces mayor de defectos del tubo neural. Estos hallazgos sugieren que las mujeres obesas deberían empezar a tomar suplementos de B12 antes de la concepción.

  • Vitamina D: Cuando el IMC de una mujer aumenta de 22 a 34, los estudios demuestran que tiene el doble de probabilidades de sufrir una carencia de vitamina D [4]. La carencia de vitamina D aumenta el riesgo de cesárea y preeclampsia, por lo que se recomienda tomar suplementos de vitamina D durante todo el embarazo.

¿Cómo los profesionales de la nutrición pueden ayudar?

Con todas las consecuencias para la salud que se conocen de la obesidad materna, es importante que proporcione a sus clientes una buena atención nutricional para favorecer la salud tanto de la madre como del bebé. Puede lograrlo con las siguientes sugerencias:

  • Centrarse en fuentes de alimentos de bajo índice glucémico. La diabetes gestacional es un riesgo para las mujeres con obesidad, por lo que se recomienda sugerir fuentes de alimentos ricos en nutrientes y de bajo índice glucémico. Algunos ejemplos son verduras sin almidón, yogur griego, frutos secos, semillas, legumbres y bayas;

  • Nivelar los picos de azúcar en sangre. Muchas embarazadas tienen antojos intensos, como alimentos ricos en carbohidratos; éstos pueden disparar los niveles de azúcar en sangre y aumentar el riesgo de resistencia a la insulina y diabetes gestacional. Para evitarlo, puedes mostrar a tu clienta cómo comer hidratos de carbono con otras fuentes de grasas y proteínas para sentirse saciada durante más tiempo y ayudar a satisfacer esos antojos intensos;

  • Tenga un plato equilibrado. El equilibrio debe ser la norma a la hora de comer. En el caso de los alumnos visuales, la mitad del plato deben ser verduras sin almidón, una cuarta parte proteínas y grasas, y la última cuarta parte hidratos de carbono. Esta es una buena herramienta si una mujer tiene problemas de aumento excesivo de peso durante la gestación, o para las que quieren ver mejor lo que comen;

  • Practicar la alimentación consciente. La alimentación consciente puede ser beneficiosa para los clientes e inculcarles hábitos alimentarios saludables. Esta práctica te ayuda a estar más en sintonía con las señales de saciedad, a sentirte más a gusto con la comida y a sentirte más cómodo con tu cuerpo. Para saber más sobre cómo establecer hábitos de alimentación consciente con tus clientes, consulta este artículo;

  • Fomente los tentempiés saludables. Ayude a su cliente a evitar los picos de azúcar en sangre animándola a tomar pequeñas comidas y tentempiés a lo largo del día. Esto es especialmente bueno para las mujeres obesas con riesgo de diabetes gestacional y resistencia a la insulina. Al comer a lo largo del día, ayudará a frenar los niveles de hambre, estabilizar los niveles de azúcar en sangre y evitar comer en exceso.

  • Monitorizar la ingesta de calorías y carbohidratos. Se recomienda que la ingesta de calorías y carbohidratos no sea inferior a 1.600 kcal/día y 175 g/día, respectivamente. Sin embargo, este criterio se determina de forma individual y debe vigilarse estrechamente.

Resumen

La obesidad durante el embarazo puede plantear grandes riesgos tanto para la madre como para el niño, pero hay muchos resultados que pueden mejorarse mediante el apoyo nutricional. Educar a su cliente sobre los mayores riesgos y las condiciones de salud a largo plazo es un primer paso importante en la educación nutricional.

Además, puede medir el aumento de peso adecuado a lo largo del embarazo de la cliente, animándola a limitar los carbohidratos refinados e incluir más alimentos de bajo índice glucémico para controlar la diabetes gestacional y la resistencia a la insulina. También puede abordar cualquier posible carencia de nutrientes (como folato, vitamina B12 o vitamina D) y administrar los suplementos necesarios para evitar complicaciones y tener un parto sano.


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