Me llamo Iñigo Murias, soy Dietista - Nutricionista, y hasta hace poco no usaba instagram. Decirlo tiene un efecto casi liberador, como aquel que sentían nuestros abuelos cuando confesaban un terrible pecado al párroco de su iglesia. Y es que, hoy en día, si eres D-N y no tienes un perfil activo con cientos (o miles) de seguidores en instagram, no eres nadie.
Siempre había oído hablar de las bondades de instagram como herramienta divulgativa en materia de nutrición, su gran capacidad para llegar a cientos de miles de personas de forma directa e instantánea. Y ahora que veo desde dentro la vorágine de stories y publicaciones que se publican a diario, me asaltan varias dudas. ¿Somos realmente capaces de procesar tal ingente cantidad de información? ¿Es el formato adecuado para tratar temas que requieren un análisis más sosegado y profundo? ¿Es posible publicar tantísimo contenido diario sin que la calidad de éste se vea perjudicada?
Estos son algunas de las preguntas que me surgen, entre muchas otras. Durante mi etapa formativa, la mayor parte de la divulgación que se hacía en internet, en materia de salud y nutrición, se realizaba a través de blogs, donde la información era desgranada poco a poco, en artículos de una extensión suficiente como para profundizar debidamente en los pros y los contras de los temas que en ese momento se estuvieran tratando. Era una forma más profunda y sosegada de analizar la información, una forma de contar las cosas desde una perspectiva más neutral y menos polarizada, más de escala de grises que de blancos y negros. A este respecto, con instagram suceden dos cosas:
Por un lado, la necesidad de adaptar nuestro mensaje a la limitación de espacio y tiempo que impone la plataforma, tiende a simplificar en extremo lo que se quiere comunicar, haciendo necesaria la polarización de nuestra postura para que nuestro mensaje llegue a más gente, incurriendo en relatos reduccionistas del tipo "esto es bueno y esto es malo", delegando el debate crítico al ostracismo. Pero en la nutrición, como en cualquier otra ciencia de la salud, el diablo está en los detalles. Lo que realmente enriquece nuestro conocimiento no es la conclusión, no es el saber si un alimento es bueno o malo, lo importante es saber por qué es bueno o por qué es malo, tener las herramientas intelectuales necesarias para que, el día de mañana, nosotros mismos seamos capaces de juzgar si un alimento es bueno o malo, sin que la publicación de nuestro instagramer favorito (que bien puede tener intereses comerciales) nos lo tenga que corroborar.
Por otro lado, la "dictadura de los likes" provoca que el contenido de calidad, el contenido que realmente nos aporta información útil, se diluya entre toneladas de stories y publicaciones sin relevancia divulgativa, cuyo único objetivo es el de conseguir seguidores y likes fáciles. Una muestra de esto serían las fotos de recetas "healthies", que se repiten hasta la saciedad en prácticamente todos los perfiles sobre nutrición, poniendo una y otra vez las mismas recetas.
¿Es realmente necesario conocer 15 formas diferentes de hacer un muffin "sano" al microondas? ¿Las tortitas de remolacha son el paradigma de un estilo de vida saludable? Además, parece que siempre se busca imitar productos "insanos" (magdalenas, bollos, galletas...) con este tipo de recetas. ¿Es el mensaje que queremos transmitir? ¿Que para hacer una dieta rica y sabrosa tenemos que imitar los productos insanos y hacer malabares gastronómicos para que sean nutricionalmente aceptables? No creo que sea la forma más óptima, desde luego, pero si parece ser la que más vende.
Instagram puede ser una magnifica herramienta para divulgar, pero no olvidemos que, como cualquier otra red social, tiene sus propias limitaciones. Si queremos profundizar o adquirir un conocimiento sólido sobre cualquier tema de salud, lo mejor que podemos hacer es acudir a blogs especializados, libros de divulgación y, como no, a la consulta de los profesionales de la salud, que estudiarán nuestro caso y pautarán un tratamiento personalizado a nuestros objetivos y necesidades.