La aplicación de insulina puede acompañarse de barreras emocionales sin importar la edad del paciente ni su tiempo con diabetes, pero la principal barrera es el miedo al dolor.
¿Cómo lograr que la inyección de insulina no sea dolorosa?
1. Utilizar agujas cortas: Se consideran más seguras, se toleran mejor y son menos dolorosas.
2. Zonas de inyección: Es importante inyectarse en las zonas adecuadas, que son:
* Abdomen: 1 cm por debajo de la costilla más baja y a 1 cm del ombligo.
* Muslos: Zona anterior y lateral externa.
* Brazos: Zona superior y posterior.
* Glúteos: Zona externa superior.
3. Rotación:
* La inyección debe rotarse de una región del cuerpo a otra y dentro del mismo sitio se debe rotar el lugar de la aplicación.
* Rotación correcta significa dar espacio suficiente entre las inyecciones dentro de la misma área. Lo ideal es que haya una separación de 1 cm entre cada inyección.
* Es importante hacer un plan de rotación junto con el Educador en Diabetes.
4. Inyectar en el tejido subcutáneo sano: No inyectar en lipohipertrofias (abultamientos en la piel), tampoco en sitios con inflamación, ulceración o infección.
5.Uso de alcohol: Si se utiliza alcohol para limpiar la zona de inyección se debe esperar a que este seque por completo.
6. No inyectar a través de la ropa: La tela elimina el lubricante de las agujas y también puede ocasionar que estas se doblen, lo cual ocasionará dolor. Adicionalmente, la ropa no permite que el pellizco se realice de la manera adecuada.
7. Evitar inyectar la insulina fría: Es recomendable sacar la insulina del refrigerador aproximadamente una hora antes de la inyección, pues cuando la insulina está fría puede sentirse dolor.
8. Levantar los pliegues cutáneos con suavidad: Evitar apretar con fuerza al realizar los pliegues o “pellizcos” para evitar dolor.
9. Evitar la reutilización de las agujas: Se recomienda que las agujas se utilicen una sola vez y se desechen. Aunque no lo vemos a simple vista, su punta se dobla y pierde el filo, lo que causa que la piel se lesione y que las inyecciones sean dolorosas. Además, contribuyen al desarrollo de lipohipertrofias.
10. Inyectar con suavidad: Lo mejor es insertar con suavidad la aguja en la piel con un solo movimiento, pero sin brusquedad. Atravesar la piel de manera muy lenta o con mucha fuerza podrían incrementar el dolor.
11. Usar distractores: Esto puede resultar muy útil especialmente en los niños, pues ellos tienen un umbral más bajo al dolor, es decir, son más sensibles y lo toleran menos. Se puede usar vibración, aplicar frío o presión en otros sitios del cuerpo con la finalidad de “distraer” a los nervios de la percepción del dolor.
12. Considerar el uso de dispositivos que ocultan la aguja en caso de que esta genere mucha ansiedad: Estos se llaman “puertos de inyección” se colocan en la piel y contienen un tubo muy pequeño y flexible que permanece debajo de la piel, a través de este se este se administran las inyecciones de insulina, lo cual minimiza el temor y la ansiedad, pues la aguja no atravesará la piel, sino el puerto de inyección.