Si te la pasas brincando de nutriólogo en nutriólogo muy probablemente no has entendido que la mayor parte del trabajo no es de él.
Esto no quiere decir que al profesional de la nutrición no deba de preocuparse o ser empático por el paciente, probablemente la parte más dolorosa que uno tiene que enfrentar es que no todos los profesionales de la salud cuentan con las aptitudes necesarias para guiar al paciente bajo un proceso de cambio de hábitos y sobre todo de tipo cognitivo conductual, pero por otro lado existe este un extremo de la balanza ⚖️ el cual conocemos cómo “Locus de control externo” y pasa cuando el paciente delega toda la responsabilidad a quien lo atiende, cuida o lo apoya.
Esto usualmente se da cuando su médico, familiar o cuidador demuestra más preocupación por su salud que la que él mismo paciente debería de externar, por lo que también así como podemos ser de gran ayuda, cuando caemos en estos extremos tendemos a ser parte del mismo problema.
Por otro lado “locus de control interno” es entender que lo bueno o lo malo que a mí me pase será principalmente responsabilidad mía y no de una deidad, vidas pasadas o un mal augurio del vecino.
Hay que recordar que no existen pastillas mágicas ni soluciones de 21 días abordar y cambiar todo lo que implica una incorrecta alimentación, falta de ejercicio o mal manejo de enfermedades como la diabetes o sus complicaciones, pero poco podemos hacer si el paciente decido no volver al primer tropiezo que surja en el proceso, pues justo eso es parte del proceso.