Blog deLcda. Adriana Figueroa

Nutricionista · 3177

Nutrición Clínica Familiar. Genética Nutricional

Definamos “Healthy”

viernes, 04 de abril de 2025

Cada vez que navego los pasillos del supermercado, escucho a las impulsadoras pregonando que sus productos naturales, orgánicos, libres o bajos en azúcar, gluten, lactosa o grasa son "saludables".  O cuando busco recetas en redes sociales, no falta el video que predica una receta clásica, pero en versión "saludable".   A lo cual me pongo a reflexionar: ¿qué parámetros tiene que tener un alimento para ser considerado saludable?  ¿A caso un helado artesanal y orgánico sin azúcar ni lactosa puede ser considerado como un alimento saludable? ¿O estas características hiperbólicas que otorgan beneficios superfluos, solo son estrategias de mercadeo que al final engaña al consumidor?    Para aclarar dudas, he decidido escribir este blog e informar bajo qué circunstancias se puede considerar un producto alimenticio como saludable. Pues, si bien está la nueva definición de la Administración de Alimentos y bebidas (FDA por sus siglas en inglés); también tenemos que contemplar al alimento como parte de un patrón de consumo (su uso o abuso) y quién está consumiéndole.   

Por ejemplo, un sencillo brócoli se considera saludable por su perfil de fibra y micronutrientes.  ¿Sería saludable si solamente consumiéramos este tipo de vegetal, por muy bueno que sea, y excluyamos otros?  Pues no, al fin y al cabo así se pierde el balance.  Que tal si nos gusta consumirlo frito con abundante aceite; ¿necesitamos las calorías extra, o tenemos una condición médica que limita el consumo de grasas?  A lo que voy es que un alimento por si solo es como una pincelada de color en un lienzo lleno de matices en donde debería reinar el balance y la armonía.   Así que, si mantenemos una alimentación balanceada, y de vez en cuando consumimos un producto ultra procesado, podríamos decir que tenemos una relación saludable con los alimentos, que al final debería ser el fin último.  

Así que vamos por partes:

Definiendo productos alimenticios como "Saludables"

El 19 de diciembre del 2024, la FDA actualizó la definición de "saludable" para que este término pueda ser utilizado en etiquetar a los productos alimenticios.  Etiquetar un producto como "saludable" puede ser una herramienta útil para el consumidor ya que le permite tener una mejor decisión de compra al optar por versiones saludables.   

Un producto alimenticio puede ser etiquetado como "saludable" cuando:

1) contiene una cantidad determinada de al menos uno de los grupos o subgrupos de alimentos recomendados por las Guías Dietéticas alimentarias (frutas, verduras, granos, lácteos bajos o libres de grasa, y alimentos ricos en proteína).
2) Mantiene límites específicos para azúcares añadidas, grasas saturadas y sodio.  Para conocer más sobre la lectura de etiquetas nutricionales, quiero compartirte la siguiente herramienta que te será muy útil y empoderar tu decisión de compra: cómo leer etiquetas (material para niños elaborado por la FDA)

Para más información, puedes descargar la infografía en español de la FDA haciendo click en el siguiente enlace Infografía Término Saludable FDA


Para conocer si el producto alimenticio excede los límites recomendados, se puede utilizar el porcentaje del valor diario (% VD, o %DV por sus siglas en inglés.  Este porcentaje (%VD) muestra la cantidad de nutrientes por porción que el alimento aporta a la alimentación diaria total.  Así que, bajo estos parámetros, podemos analizar si un alimento cuenta con una cantidad baja o elevada de nutrientes con esta sencilla guía.  Un 5% del VD o menos se considera un aporte bajo del nutriente por porción; mientras que un 20% del VD o más se considera un aporte elevado del nutriente por porción.  


Por ejemplo, la siguiente avena instantánea sabor banano contiene 14% del DV de azúcares añadidos; y si observamos en la lista de ingredientes el azúcar está posicionado como segundo y no contiene fruta (banano) como tal.  ¿Sería este un alimento saludable?  Bajo la nueva definición de la FDA, la composición de azúcares añadidos (7g o 14% del VD)  no excede el límite. Así que a primera vista podríamos considerarle un alimento saludable.  Sin embargo, aún falta analizar el alimento como parte de un patrón de consumo.


Definiendo alimento saludable según patrón de consumo

Ahora bien, siguiendo con el mismo ejemplo, y asumiendo que la avena con sabor banano es un alimento saludable, pues no excede la recomendación del 20% DV de azúcares añadidas, nos debemos cuestionar hasta qué punto es un alimento saludable.  Y para ello, no solo nos toca analizar al producto per se, sino también tenemos que tomar en consideración bajo qué contexto y frecuencia se consume.  Por ejemplo, si es algo eventual, pues no nos preocupamos.  Si el consumo es habitual, y lo acompañamos con más fibra a través de frutas frescas, nueces y semillas, pues tampoco sería desventaja pues estamos manteniendo un balance. Ahora bien, ¿qué pasaría si ya existe desequilibrio en el metabolismo del azúcar, como estado pre diabetes, o diabetes gestacional?  ¿Qué pasaría si se consume este producto todos los días y solo acompañado con 1 cta. de miel?  ¿Seguiría siendo un alimento saludable?  Escogí el ejemplo de la avena porque es un alimento que por lo general se le atribuye la característica saludable. Sin embargo, en este ejemplo específico, su formulación con azúcar y saborizantes artificiales y bajo condiciones médicas pre existentes, tal vez su consumo frecuente no sería recomendable.  En todo caso, preferir una avena que declare como ingredientes "hojuelas de avena" a secas y, si es necesario, que esté fortificada. 


Así que, si queremos tener una mejor toma de decisión al momento de la compra de productos saludables, busquemos aquellos que declaran menos del 10% VD o idealmente 5% VD de azúcares añadidas, grasas saturadas y sodio. Además, enfocarse también en aquellos alimentos que sean ricos en fibra, vitaminas, minerales, grasas mono y poli insaturadas, así como ricos en proteína si es algo que buscamos. Y aún así, aunque contemos gramos, porcentajes o calorías, lo más importante es valorar la calidad de la alimentación como un conjunto. Como siempre les digo a mis pacientes, hay que salir de la hoja, la rama, del árbol, y vislumbrar el bosque completo.  Valorar la calidad nutritiva de los productos según lo que declaren en el etiquetado nutricional está bien. Al mismo tiempo, tomar en cuenta la frecuencia de consumo en nuestro patrón de alimentación y analizar si impactará de forma positiva o negativa en nuestra salud global.  


Si tienes más dudas sobre cómo mejorar tu salud, estoy aquí para guiarte a tomar decisiones informadas y empoderadas.  Recuerda que no hay alimento bueno ni malo, al final del día todos nos proveen de energía. Está en nosotros escoger alimentos que nos otorguen energía de calidad rica en nutrientes (fibra, vitaminas, minerales, antioxidantes) y mantenernos físicamente activos.

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Escrito por:

Adriana Figueroa

Nutrición Clínica Familiar

Colegiado 3177




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Lcda. Adriana Figueroa
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