Blog deLcda. Adriana Figueroa

Nutricionista · 3177

Nutrición Clínica Familiar. Genética Nutricional

Comedores selectivos. Guía para acompañar a tu peque

martes, 05 de abril de 2022

“Antes comía de todo, ahora es una lucha continua para que pruebe las comidas que servimos”. 

 ¿Te suena conocido? A esta situación los padres de familia nos referimos como mi hijo no come, mi peque es melindroso, quisquilloso, mañoso y otros artículos para describir este comportamiento.  

Talvez el término correcto para describir este comportamiento es comedores selectivos, el cual podría ser más bien un sinónimo de ser niño. Pues es normal y totalmente esperado que en algún punto de la infancia nuestros peques desarrollen un comportamiento selectivo al momento de escoger sus alimentos. Dependiendo qué tan selectivo sea, podemos llegar a extremos donde la ingesta de alimentos se reduce (menos de 20 alimentos aceptados) y por ende la calidad de la alimentación se ve comprometida; es decir los comedores extremadamente selectivos

Además, también se presentan los casos con neofobia alimentaria (miedo a probar alimentos nuevos), el cual en teoría debería de ir disminuyendo conforme nuestros peques van creciendo.   

Y aquí pecamos de etiquetar a nuestros pequeños, otorgándoles adjetivos que los hacen más propensos a continuar con ese comportamiento específico y como resultado tengamos esta respuesta: “es que no lo como porque soy melindroso”.  Ojo que es muy importante que cuidemos nuestro vocabulario al momento de describir a nuestro peque.  Que sea un comedor selectivo no quiere decir que lo etiquetemos como tal, utilizando un cúmulo de adjetivos que lo puede condicionar a este mismo comportamiento de forma prolongada.  Para profundizar en el tema, deja te recomiendo el libro del psicólogo español Alberto Soler: "Niños sin etiquetas"; en donde podemos comenzar a ayudar a nuestro peque.  En las palabras del autor: "cuando etiquetamos a un niño, las expectativas que tenemos acerca de su conducta influyen en la misma, tanto si esta es positiva como si es negativa".  Te dejo esta imagen con adjetivos negativos que de forma inconsciente utilizamos con nuestros peques para que comencemos a tomar conciencia y cambiemos nuestro diálogo.

Como padres, una de las mayores gratificaciones que tenemos es ver a nuestros hijos crecer, y por ende relacionamos de forma directa la correcta alimentación y su capacidad de alcanzar su potencial de crecimiento. Ergo, el momento de la comida familiar puede convertirse estresante y un auténtico campo de batalla en donde el equipo de los padres obliga, chantajea, distrae, castiga,  o premia mientras que el equipo de los peques tira comida al piso, cierra la boca, se arquea, llora o se reúsa fervientemente a consumir un alimento.  O en el peor de los casos, termine por vomitar lo poco que logramos introducir en su boca. 


Antes de seguir, quiero que sepas que tu peque te ama y que su actitud y comportamiento con los alimentos no deja de quererte. 

Existen muchísimas variables por las cuales tu hijo rechace un alimento, puede que en ese momento esté más interesado en otra cosa diferente a comer, está más cansado que hambriento, talvez es un nuevo diente.... La lista puede extenderse, y las razones de que tu peque no quiera consumir un alimento en ese momento no necesariamente tiene que estar ligada al alimento per se.  Ahora bien, en este blog no te prometo un recetario de comidas aptas para peques.  El objetivo de esta guía es cambiar el enfoque a cómo servimos los alimentos, más que enfocarnos en qué servimos. 

Recordemos que como padres nuestro papel es ofrecer alimentos variados y saludables en porciones y tamaños de acuerdo con su edad mientras los ACOMPAÑAMOS a comer.  Seamos espectadores.

Debemos de confiar en que nuestros peques tienen un excelente regulador del apetito y ellos se encargan tanto de introducir de forma independiente los alimentos a su boca como determinar el momento que ya se sienten satisfechos.  Mira esta imagen donde la niña solita está consumiendo su pasta de forma feliz; evidentemente tiene hambre.  Siempre y cuando ofrezcamos alimentos saludables, la nutrición de tu peque será suficiente y balanceada.  Confiemos de forma ciega en que nuestros hijos tienen la capacidad de autorregular su apetito y saciedad.  


Así que esta pequeña guía contiene una serie de consejos que podrían ayudarte a tener una hora de comida placentera. Existen algunas reglas que debemos seguir para que funcione nuestra estrategia:

1. Nunca forzar a nuestros peques a probar un alimento. Y por forzar me refiero a chantaje, premio, castigo, distracciones como el avioncito con la cuchara o el uso de pantallas, libros, canciones. Inclusive el uso de la frase ”prueba un poco y si no te gusta lo escupes”.
2. Seamos el ejemplo. Si nuestros hijos jamás nos ven comiendo saludable y variado, ¿ cómo pretendemos exigirles a ellos que lo hagan? 
3. Cambiemos el enfoque de qué alimentos ofrezco a cómo ofrezco los alimentos. El ambiente es algo que sí podemos controlar, desde música de fondo suave hasta implementar una rutina donde los horarios de las comidas sean compatibles con las necesidades del peque.
4. Frase a utilizar al momento de presentar un nuevo alimento: “está bien si TODAVÍA no te gusta/estás listo a probar este alimento”. Añadir la palabra TODAVÍA a la frase que utilicemos, los preparamos para que en un futuro estén más propensos a probarlo.

Dicho esto; manos a la obra:

El resultado esperado con estas estrategias es preparar a tu peque para interesarlo en probar y eventualmente consumir nuevos alimentos. Estos consejos apenas son la punta del iceberg; una pieza del gran rompecabezas de la alimentación infantil. No te prometo un foodie, pero sí horas más placenteras al momento de las comidas.


¡Alcanza tus objetivos con el mejor seguimiento!
Lcda. Adriana Figueroa
Lcda. Adriana Figueroa
Nutricionista · 3177
Nutrición Clínica Familiar. Genética Nutricional